Adorerai-je aussi ta neige et vos frimas,
Et saurai-je tirer de l'implacable hiver
Des plaisirs plus aigus que la glace et le fer?

Ciel brouillé, Les fleurs du mal, Charles Baudelaire

martes, 29 de noviembre de 2011

23B

Ayer fuimos a cumplimentar a nuestros vecinos, Bill y Kathy, un matrimonio jubilado de gran amabilidad y lozanía. Viven en el chalet contiguo al nuestro, aunque es más exacto decir que compartimos una misma casa. Nuestras estancias se pensaron y construyeron como anejo a las suyas; de un gran garaje y una espaciosa leonera salió la casa que nosotros hemos alquilado. Llevamos una tortilla de patatas, amarilla y redonda como una luna. No estaba tan jugosa, con el huevo y la patata por cuajar, como otras veces, pero una tortilla regular de M sigue siendo una tortilla deliciosa. Creo que les gustó genuinamente. Comimos de pie en su cocina, antes de pasar al salón, junto a una chimenea de gas que dibujaba un simulacro de llamas tras una falsa madera. Descorcharon un viejo conocido, un Côte du Rhône excelente, un poderoso signo de distinción. Otra buena noticia es que no hubo que descalzarse. Nos sentamos a mantener una conversación civilizada en nuestros zapatos. Muy bien. Kathy es una mujer de porte elegante, pelo castaño y facciones amables. Maestra de escuela retirada. Bill, prejubilado de la quiebra de Nortel, es algo más bajo que su mujer, delgado sin llegar a enjuto, calvo, de sonrisa luminosa, puramente anglosajona. Hicimos dos únicos arreglos prácticos: ellos guardarán una llave nuestra en su cocina y compartiremos los gastos de retirada de la nieve en la parte trasera de ambas casas. No hará falta contratar a nadie para limpiar la de la fachada. 'Oh, lo haremos nosotros. Nos gusta y tenemos mucho tiempo. Ya nos lo cobraremos en tortillas'. La conversación prosiguió amigable y se detuvo sin fatiga en el momento apropiado. Por primera vez, las civiles obligaciones de la vecindad parecen una agradable circunstancia de la vida, lejos de la sorda y deprimente relación con los vecinos de escalera en las auténticas ciudades.

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