Adorerai-je aussi ta neige et vos frimas,
Et saurai-je tirer de l'implacable hiver
Des plaisirs plus aigus que la glace et le fer?

Ciel brouillé, Les fleurs du mal, Charles Baudelaire

jueves, 7 de marzo de 2013

El coste de la vida en Canadá.

Uno de los asuntos de envergadura que por trabajo he debido seguir es la negociación de un acuerdo de libre comercio entre Canadá y la Unión Europea, el ínclito CETA. Estaba previsto que las negociaciones terminasen en 2011. Ahora tengo la impresión de que el acuerdo no cerrará nunca. En contra de lo que uno pueda pensar, Canadá es una economía protegida, oligopolística e ineficiente. El NAFTA, ya se ha dicho, es un trola. Hay dos aerolíneas, cuatro bancos, dos cadenas de distribución, una droguería-farmacia que se repite en numerosas franquicias. El consumidor paga la cuenta. La protección es bárbara en los sectores lácteo y avícola, parapetados tras una atalaya irreductible. Básicamente, el sistema consiste en ajustar el precio final a la oferta y no a la demanda, lo que recuerda a la PAC de los años ochenta y noventa y sitúa al granjero canadiense en un pedestal equivalente al que se diseñó en Bruselas para el agricultor europeo. El sistema se cierra con una muralla de aranceles. El queso manchego, por poner un ejemplo querido, está sometido a un 366% de gravamen. No se trata únicamente de las dificultades para los productos extranjeros. La producción doméstica también sale por un pico. Debido a su enanismo demográfico Canadá no disfruta de las economías de escala que se podrían suponer a su tamaño continental. Si a la falta de apertura y la ineficiencia del mercado sumamos las propias trabas interprovinciales y el alza general de los precios de los alimentos en todo el mundo, se comprende que esta tarde hayamos pagado una coliflor fresca (por decir algo) a tres dólares y medio, dos tomates plastificados por tres dólares y dos aguacates a cinco dólares. Un filete de ternera, suculentamente hormonado, está entre seis y ocho dólares. Con la gasolina sucede otro tanto. Canadá tiene abundante crudo, pero caro de refinar, y no se trae gasolina americana, más barata. El litro de gasolina si sitúa en un dólar treinta seis céntimos hoy. Un 20% más cara que en USA. En fin, que este país es bastante caro. Otro día más datos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario