Adorerai-je aussi ta neige et vos frimas,
Et saurai-je tirer de l'implacable hiver
Des plaisirs plus aigus que la glace et le fer?

Ciel brouillé, Les fleurs du mal, Charles Baudelaire

domingo, 22 de septiembre de 2013

Amortizado

Las banderas de la capital ondean a media asta. El jueves un autobús de línea fue embestido por un tren de cercanías mientras cruzaba un paso a nivel, causando seis muertos. La desgracia ha sacado a la luz datos interesantes, pero no desconocidos: existen en Canadá más de 3.000 pasos a nivel de estas características. Se producen unos 200 accidentes anuales. En el caso que nos ocupa, hace años la burocracia capitalina estimó en 8 millones de dólares el coste de resolver el problema. Se juzgó excesivo. Un nuevo ejemplo de la aversión al gasto público que se tiene en Canadá. Es un país tan inmensamente rico en recursos llama la atención el pobre estado de sus infraestructuras: trenes viejos, postes de la luz en superficie, terminales viejunas, carreteras que necesitarían una mejora en el firme y en las incorporaciones. Se suele aludir al clima como condicionante, pero es débil pretexto. Las cosas hay que cambiarlas, aunque sea una vez cada treinta años. Como una honrada familia de antaño, Canadá se comporta como si tuviera ya 'los gastos hechos', es decir, la hipoteca pagada, los niños educados y la parcela en el cementerio a su nombre. O como dice mi padre con admiración cuando cae por aquí, en este país está ya todo 'amortizadito'. Como vengo de un país que se ha pasado por el otro lado, no diré nada más que esa vieja pieza de sabiduría ática: para todo hay un punto medio.


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