Adorerai-je aussi ta neige et vos frimas,
Et saurai-je tirer de l'implacable hiver
Des plaisirs plus aigus que la glace et le fer?

Ciel brouillé, Les fleurs du mal, Charles Baudelaire

jueves, 1 de diciembre de 2011

Ottawa, capital

La ciudad de Ottawa surgió como resultado de la planificación militar británica tras la Guerra de 1812. Considerando que la ruta que proporcionaba el río de San Lorenzo era vulnerable a una nueva invasión estadounidense, el alto mando británico decidió construir un canal que uniera el lago Ontario con el río Ottawa, abriendo así una nueva vía de comunicación y de suministro de armas hacia el interior del inmenso hinterland. Los ingenieros, mineros y zapadores reales encargados de la construcción fueron así los fundadores del primer asentamiento urbano -el llamado bytown- en la margen izquierda del río, donde hoy muere el Rideau Canal, por el que remontan los turistas y patinan los vecinos cuando se hiela. Más tarde, en 1857, su posición estratégicamente segura y su relativa neutralidad lingüística (frente a las marcadas Montreal o Toronto) convencieron a la Reina Victoria de que la discreta y anodina Ottawa era la ciudad propicia para alzarse con la dignidad de capital de Canadá. De este modo, las necesidades de la guerra con Estados Unidos y de la paz interna entre francófonos y anglos hicieron de Ottawa la capital federal, como el benjamín que hereda el patrimonio ante la sospecha realista de que sus orgullosos hermanos malbaratarían la herencia con sus peleas y resquemores.

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