Adorerai-je aussi ta neige et vos frimas,
Et saurai-je tirer de l'implacable hiver
Des plaisirs plus aigus que la glace et le fer?

Ciel brouillé, Les fleurs du mal, Charles Baudelaire

viernes, 19 de septiembre de 2014

Vacaciones marítimas (V)

El ferry tarda tres horas largas en cruzar la bahía de Fundy, desde Saint John, a donde llegamos derrapando, hasta Digby, donde dicen que dicen que hay más vieiras que en todo Galicia. Pero acostumbrados al género auténtico desdeñamos la propaganda y tiramos millas hacia Lunemburg, atravesando la isla de norte a sur. Son tres horas más de conducción, por una carretera saturada de bosque. La prez es una pequeña localidad pesquera, repoblada por protestantes tras la expulsión de los acadianos, y cuya malla urbana de viejas casonas engalanadas, coloreadas y señoronas le ha merecido, quizá generosamente, el título de patrimonio de la humanidad. Nuestro hotel es una de tales casas, quizá la más refitolera de todas, que derrama sus enaguas desde una eminencia a la entrada del pueblo. Parece un burdel de categoría. Sin ascensor, sin tele, con mullidas camas con dosel. Blue Nose Lodge, se llama, hostal centenario. Allí vive la dueña con su familia, que nos recibe con grata familiaridad y nos encamina, más tarde, a la factoría de pescado para cenar. Vieiras, claro, confirmando nuestras sospechas de que no son comparables a las de casa. Luego paseo nocturno por las calles de Lunemburg. En el puerto exhiben una goleta famosa, tan famosa que merece salir en las monedas de cinco céntimos de dolar canadiense. Debe su fama, parece, a un record insuperado de victorias en regatas de goletas pescadoras. Blue Nose, se llama, y ya sabemos el origen del nombre de nuestro hotel. Van apareciendo todas las iglesias, construidas en maderas: la presbiteriana, la evangélica, la unionista, la metodista... sólo no encontramos la católica, que está siempre un poco oculta. Ya con luz del día vemos mejor las hileras de casas coloreadas en vivos colores. Compramos un par de souvenirs. No hay mucho más que ver en Lunemburg, Nueva Escocia, patrimonio de la humanidad.

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