Adorerai-je aussi ta neige et vos frimas,
Et saurai-je tirer de l'implacable hiver
Des plaisirs plus aigus que la glace et le fer?

Ciel brouillé, Les fleurs du mal, Charles Baudelaire

domingo, 13 de enero de 2013

Breaking news (Ikea monkey)

La parrilla televisiva en Canadá es prácticamente la misma que en Estados Unidos: un millar de canales inútiles, que sólo recorrerlo ocupa una hora. Los programas son de parecido jaez a los españoles, con no pocos formatos calcados, aunque sin esa espantosa proliferación de tertulias de la televisión española. M y yo sólo consumimos series, alguna película y los telediarios de la CBC. La Canadian Broadcasting Corporation es uno de esos toques 'british' que dan lustre al país. Es la cadena pública creada a semejanza de la BBC. Me gusta. Es rigurosa y cuenta con buenos profesionales, con Peter Mansbridge a la cabeza, una especie de Pedro Piqueras local. El problema es que, a veces, en Canadá, escasea el contenido. Parvedad de materia, lo llamaban mis viejos e inolvidados profesores jesuitas. La estructura tipo de un telediario canadiense es como sigue: abre una noticia climática, digamos, un tormentón en Terranova. A veces, no siempre, sigue una noticia parlamentaria, en la que dos señores muy educados intercambian pareceres en la Cámara de los Comunes. De vez en cuando se informa de alguna algarada o manifestación, casi siempre en Quebec. Algo de hockey, sobre todo ahora que vuelve la liga. Y para terminar, un reportaje sobre curiosidades científicas, avances médicos o algún nuevo patrón estadístico alumbrado. Pero lo que nunca falta es una abundante crónica de sucesos, del tipo 'reno se adentra en el downtown de Calgary'. Ayer por ejemplo, una pareja de jubilados habían sido estafados por un falsa compañía de retirada de nieve. Cómo evitarlo. Y hoy —aunque el asunto colea desde hace tiempo— el caso de un mono perdido en el aparcamiento del Ikea de Toronto. Al parecer el pobre animal se escapó de una familia de desaprensivos que lo tenían adoptado y le hacían todo tipo de putadas, como no cambiarle el pañal sino cada tres días. Total, que las autoridades se han quedado con el mono y lo han metido en un zoo (sanctuary, dicen en la tele). La familia está desconsolada y ha entablado un juicio por la custodia del primate, alegando parentesco y encariñamiento inenarrable. Hace meses que el pleito se sigue en los telediarios de máxima audiencia.

El mono se llama Darwin 






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