Adorerai-je aussi ta neige et vos frimas,
Et saurai-je tirer de l'implacable hiver
Des plaisirs plus aigus que la glace et le fer?

Ciel brouillé, Les fleurs du mal, Charles Baudelaire

miércoles, 11 de enero de 2012

Culpable

La Revista Canadiense de Estudios Hispánicos. Se me cae de las manos. Está escrita en dialecto postmoderno. 'Sexualidad y alteridad en el imaginario de la narrativa española de la guerra de Marruecos (1920-1930' 'De ángeles y otros demonios: lógicas de confrontación en la colonialidad andina: la Audiencia de Charcas', 'El reconocimiento de la identidad corporal femenina en la obra de Clarice Lispector'. Y en ese plan. A estas alturas ya podemos decir que el postmodernismo es responsable de la peor prosa académica de la historia. Abro al azar y leo '...toda referencia es co-referencia, referencia dialógica o dialogal...' Francia, qué nos has hecho... Y por supuesto, nada que no esté bien escrito puede estar bien pensado. Es el problema de los cultural studies, tan admirablemente descritos por Bloom como la Escuela del Resentimiento. Es lamentable que tantas universidades occidentales hayan perdido décadas de investigación en macerar estos alcoholes. A juzgar por lo leído, no me extraña que la Universidad McGill, la editora, fuese la probeta donde se criara el multiculturalismo, otra lejía de la buena. Afortunadamente estas cosas empiezan a estar pasadas de moda, aunque parece que en Montreal no se han dado cuenta. Hay otro aspecto perturbador... La cantidad de páginas carentes de un mínimo interés, o de un interés tan pequeño, que se echan a la imprenta todos los días, que se producen todos los días.

Y yo aquí, tecleando amenidades, ¿culpable como todos?

1 comentario:

  1. como Nazarín: sobran libros

    Y cuando paso por las librerías y veo tanto papel impreso doblado y cosido, y por las calles tal lluvia de periódicos un día y otro, me da pena de los pobrecitos que se queman las cejas escribiendo cosas tan inútiles, y más pena todavía de la engañada humanidad que diariamente se impone la obligación de leerlas. Y tanto se escribe, y tanto se publica, que la humanidad, ahogada por el monstruo de la imprenta, se verá en el caso imprescindible de suprimir todo lo pasado.

    La memoria humana es ya pajar chico para tanto fárrago de Historia. Señores míos, se aproxima la edad en que el presente absorberá toda la vida, y en que los hombres no conservarán de lo pasado más que las verdades eternas adquiridas por la revelación. Todo lo demás será escoria, un detritus que ocupará demasiado espacio en las inteligencias y en los edificios.

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