Adorerai-je aussi ta neige et vos frimas,
Et saurai-je tirer de l'implacable hiver
Des plaisirs plus aigus que la glace et le fer?

Ciel brouillé, Les fleurs du mal, Charles Baudelaire

sábado, 14 de enero de 2012

Winter mind (II)

Dice del carácter de esta ciudad que uno amanezca a veinte grados bajo cera y lo único que quiera es salir a dar un paseo. Hechizados por ese cielo azul y alto, la nieve fresca y también azulada, nos calzamos la escafandra, los calcetines de lana merina, el gorro, las botas, las calzas térmicas (M) los guantes (M dos) y nos echamos a pasear. Tardamos aproximadamente treinta segundos en saber que quizá la idea no era tan buena. Una aguja invisible y profunda se clava en los pómulos, la única parte al descubierto del cuerpo. Nos embozamos bien en la bufanda, al precio de empañar nuestras gafotas con el vaho. Las calles están desiertas. El río ingente, níveo y petrificado. Pensamos en regresar a la cueva, pero la luz, más generosa que nunca, nos fuerza a seguir caminando. En un esfuerzo titánico nos llegamos a los puentes Minto, desde los cuales la panorámica es majestuosa, elegante y gélida como la mirada de una marquesa. M sugiere que volvamos y yo no puedo más que estar de acuerdo. El bigote se me está escarchando y noto en la nariz una costra incipiente. Pero no me da la gana entrar en casa. Así que agarro la pala y empiezo a horadar de nuevo el caminito del jardín. Veo que M está en plan zapadora compulsiva en la terraza, arrojando la nieve por encima del hombro como si fueran ramos de novia, en un movimiento poco ortodoxo que le va a pasar factura a las cervicales. Antes de entrar arranco de la cornisa del garaje una estalactita enorme, una daga de metro y medio. La pico en el fregadero con acero de Albacete y me sirvo un ron cacique para entrar en calor, que cae por el esófago como un chorro de ambrosía pura y helada. El roncito a media mañana me pone de un humor extraordinario. Lo tengo aquí al lado, lo calibro con delectación, balanceo el vaso, hago chocar el hielo virgen... Me siento un superhombre, superviviente de las nieves, cúspide de la evolución... ¿Quien dijo que el hombre moderno no está en contacto con la naturaleza?

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